miércoles, 7 de enero de 2009

Los choferes de concho del país

Norte-Sur, Avenida Máximo Gómez con Avenida 27 de Febrero, esperando la luz verde del semáforo y paralelo al carro de concho, miro al chofer y lo veo amasando papeleta por papeleta lo que enrollado había tirado en un rincón del vehículo que a modo de caja le funciona mientras trabaja.

El chofer cobra su papeleta, la chequea para ver si está en buenas condiciones, la amasa un poco y luego la enrolla y la tira a la caja.

Subiendo el día, y ya la caja llena, más de esperanza que de dinero, comienza el chofer a sacar lo que enrollado decidió guardar, y esperando la luz comienza su ceremonial, su ritual, se inclina, mete la mano, toma una a una cada papeleta y sin prisa y en un éxtasis que le hace olvidar la luz, desenrolla la primera y la soba, y vuelve y la soba hasta plancharla, desde el paralelo veo sus ojos como un laser sobre la papeleta. Chofer, chofer, avance ya el semáforo cambió, exclama un pasajero.

Se repite la escena una y otra vez; esquina por esquina sucede lo mismo; chofer, chofer, anvance que ya el semáforo cambió, exclama otro pasajero.

Toda papeleta recolectada ha pasado por el ritual, y entre el calor y el sudor, todas han quedado planchadas para su proceso final, en donde la esperanza y la realidad se encontraran, conteo final, una a una organizadas de mayor a menor o de menor a mayor, que mas da!

Comienza el conteo, una a una, papeleta por papeleta, como si rumiara cada papel, como si fuesen a multiplicarse, y en cada conteo se van las esperanzas que en la caja tiraba con cada peso enrollado.

Cabisbajo y abatido, más por la deseperanza que por lo hecho en el día, el chofer se devuelve, esta vez, Sur-Norte, por la avenida Máximo Gómez ahora subiendo; carro viejo arrastrando cuesta arriba su propio peso, más el peso del sufrir de su amo. A este punto no se sabe quien lleva a quien, no se sabe quien lleva mayor pesar entre ambos.

Final del trayecto, conflicto final, decisión crucial, lo hecho es demandado por la negación del carro a seguir, mas no por rebelión, sino por necesidad de subsistencia, combustible requiere, el combustible que consumira lo hecho final.

Y así la pasan el chofer y el carro, hasta que uno de los dos descansa. 

 

1 comentario:

  1. Mi Hermano, una aplicación práctica de este situación tan deprimente es que cuando Cristo toma lugar en el corazón de uno de estos choferes, entonces se produce un cambio radical en esta persona de tal manera que aunque su condición de chofer se mantenga la visión de su trabajo cambia dramáticamente, pues ahora esta persona, que ha pasado de las tinieblas a la luz, deja muchos de los vicios que antes le esclavizaban y que son causa, en muchos de los casos, de llevar una vida miserable, pues bien lo dice el proverbista: "En el barbecho de los pobres hay mucho pan; Mas se pierde por falta de juicio." (Proverbios 13.23, RVR60). Independientemente de toda situación social, si Dios no esta en el corazón de las personas, aun la abundancia material sera causa de enorme tristeza y como muestra solo tenemos que ver el ejemplo en los países más ricos del mundo, tienen abundancia material, pero por la carencia del conocimiento divino el panorama moral que se observa en ellos es de suma tristeza.

    Que Dios se apiade de nuestros pueblos.

    Wildo Ruiz

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