Ven y Ve

El relato histórico del llamamiento que le hizo nuestro Señor Jesús a Felipe (Juan 1:43-55) me encanta. Esta porción de las Escrituras es muy rica en enseñanzas y quisiera compartir alguna de ellas.

Luego de que el Señor llamara a Felipe, este llamó a su vez a Natanael. En su llamado, Felipe manifiesta un conocimiento del Antiguo Testamento; manifiesta como su corazón estaba esperando al Mesías, muestra el gozo de haberlo encontrado y luego, rebosado de alegría por haber hallado al redentor de su vida, va y atrae a Natanel y se lo muestra. Cuando Felipe le dice “Hemos hallado…a Jesús, el hijo de José, de Nazaret” la respuesta de Natanael fue: “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?” a lo que Felipe le contesta, “Ven y ve”.

El tiempo que pasó entre el llamamiento del Señor a Felipe y el de Felipe a Natanael (versículos 43 y 45) no pudo haber sido mucho, particularmente creo que fue muy breve, y en tan breve tiempo ya Felipe sabia quien era Jesús, de igual manera pasó con Natanael, que al poco tiempo de éste conocer al Señor ya estaba diciendo: “Rabí, tu eres el Hijo de Dios, tu eres el Rey de Israel.” (versículo 49).

De todo lo relatado anteriormente lo que siempre me ha llamado la atención es el argumento que utilizó Felipe para atraer a Natanael al Señor Jesús,”Ven y ve”,(vers.46). Que tipo de argumentación es esta, a caso metafísica, filosófica?, No, fue algo práctico, lo llevó a un encuentro personal con el mismo Dios; Ven y ve, pruébalo tu mismo ; conócelo; habla con Él; óyelo; míralo; mira lo que El ha hecho conmigo; así hará contigo. 

En un mundo caracterizado por la desesperanza, la desilusión, la vanidad, el desamor, la división familiar, el odio, la ira, la contienda, la prostitución, la corrupción; caracterizado por la falta de afecto fraternal, un mundo en donde la persona vive escapando de su propia realidad, de una realidad sin sentido, de una vida a la deriva, solo viviendo el ciclo de nacer, crecer, reproducirse y morir; el cristianismo puede decirle a usted ven y ve, mira como Jesús ha transformado nuestras vidas, nos ha dado una razón de existir, una razón para vivir, nos ha dado una esperanza de vida eterna, a más de una vida presente con sentido, propósito y verdad. 

Mira nuestros matrimonios, nuestra ética de vida, nuestra ética de trabajo, mira nuestros hijos, mira nuestro valores absolutos revelados por Dios para bien guiarnos en esta vida, para que podamos vivir la plenitud, pero sin avaricia ni codicia, sin vanidad ni narcisismo. Ven y ve, como podemos vivir en medio de las adversidades y estrechesez, en medio de la abundancia y la felicidad, ven y ve como enfrentamos las aflicciones, los sufrimientos, los problemas y hasta la misma muerte.

Ven y ve, como han pasado miles y miles de años y Jesús sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre, el mismo que puede salvarte a ti y los tuyos.

Ven y ve, y te darás cuenta que cuando lo conozcas, cuando conozcas al Señor Jesús, tan breve como fue el tiempo que duró Felipe y Natanael para confesarlo como el Mesías, así de breve será el tuyo, ven y ve.

No es necesario que continúe el incrédulo y el inconverso viviendo como vive si tiene un Salvador que está a la puerta llamándolo.

Terminaré parafraseando al ciego, al que el Señor le devolvió la vista (Juan 9:25) cuando le preguntaron ¿Qué dices tu del que te abrió los ojos? (Juan 9:17)… Yo no sé, pero una cosa sí sé que habiendo yo sido pecador, que habiendo yo llevando una vida sin sentido ni propósito, sin saber de donde venía ni hacia donde iba, hoy yo sí sé que Jesús es mi Salvador. VEN Y VE.