miércoles, 24 de diciembre de 2008

¿Es la “iglesia” católica romana una Iglesia Cristiana?

Martín Lutero fue el instrumento que Dios finalmente utilizo para que el mundo se diera cuenta que la iglesia católica romana no representaba ni aun representa la verdadera Iglesia de Cristo revelada en la Biblia.

La imprenta fue la tecnología de punta de la época que sirvió para la difusión masiva de las Escrituras en todos los idiomas y lenguas, de manera que la libertad le llego al hombre, pues comenzaron a conocer la verdad y la verdad los ha hecho libres.

A pesar de los siglos pasados y de la tecnología de hoy las tinieblas y la oscuridad siguen sobre muchas personas, a veces por ignorancia, otras por la apatía de estudiar, de investigar la historia, los hechos, otros tienen el temor de que estudiando las Escrituras y comparando sus enseñanzas con sus creencias y tradiciones se les derrumbe toda una vida de error y de engaño, a otros el orgullo no los deja llegar a la verdad.

Pero sea cual fuere la causa por la cual usted no haya podido llegar al conocimiento del verdadero significado de la Palabra de Dios revelada en la Biblia , lo cierto es que cuando usted lo está buscando de Corazón, con intensidad, con la necesidad de Jesús como su Señor y Salvador, aunque ande por caminos errados, Dios no lo dejara permanecer en el error y, tarde o temprano llegara a la verdad verdadera. No habrán obstáculos para la obra del Espíritu Santo en su persona, pues nadie puede detener a Dios en sus propósitos.

Quiera Dios que está sea una oportunidad para derribar obstáculos y para que El Señor nos use como medio para la bendición de las almas atrapadas en tradiciones y enseñanzas extrabíblicas.

Esta es mi propuesta; con mucho cariño, amor y ternura, le invito a que si usted quiere conocer si la iglesia católica romana es una Iglesia suscrita bajo los fundamentos de la Biblia, a que estudie, inquiera, investigue y compare el catecismo católico romano doctrina por doctrina con las enseñanzas de la Biblia.

No es una tarea fácil, pero si dependiendo de lo que creemos está en juego la Salvación o la Condenación eterna de nuestras almas y la de nuestros familiares, el asunto lo amerita seria y urgentemente. De manera que le reto a está provechosa y honorable tarea para el año 2009.

Le recomiendo un libro titulado  “El Evangelio según Roma” escrito por un exsacerdote católico romano llamado Jame McCarthy, este señor hizo la tarea que le he propuesto a usted anteriormente; ya el hizo tal estudio y tales comparaciones entre la Biblia y el catecismo católico romano. Solo consígase una Biblia y un ejemplar del catecismo para que pueda ir verificando que cada información que da MacCathy sea fiel en cada caso.

Finalmente quiero de nuevo expresarle con todo el respeto posible, con todo el amor en Cristo, con toda ternura, que la verdad de Dios revelada en la Biblia, así como la obediencia que desde allí se nos demanda, está mas allá de lo que podemos sentir, son externas a nuestras emociones, nada tienen que ver con nuestras creencias particulares o personales, o del estado de autocomplacencia en el cual nos podamos encontrar. Es la Palabra de Dios lo que cuenta y esto debemos de tenerlo bien claro..

Mientras tanto le dejare dos citas Bíblicas que le demarcaran los limites de, a quien creer y cual es la única fuente para llegar a creer:

Josué 24:15: “Y si mal os parece servir a JEHOVA, escogeos hoy a quien sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron del otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a JEHOVA”

2Timoteo 3:14 al 17: “Pero persiste tu en lo has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quien has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la Salvación por la fe que es en Cristo Jesús. toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir para instruir en justicia , a fin de que el hombre de Dios sea preparado para toda Buena obra”.

Nota: Al católico romano que quiera un ejemplar del libro yo se lo regalo.

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