jueves, 8 de enero de 2015

///Simón hijo de Jonas ¿me amas?///

El Apóstol Pedro era un hombre apasionado por Su Señor, se mostraba dispuesto a todo por Su Señor, estaba en primera línea en todo por Su Señor, ésa actitud lo llevó con el pasar de los años a darse cuenta de muchas cosas acerca de sí mismo.

Los días y los años le fueron mostrando que no se conocía así mismo, que no era tan seguro de sí mismo, que no podía confiar en sí mismo, y que aún comprometiéndose ante muchos no podía mantener su palabra como creía.

En el proceso de irse conociendo, cuando se veía desmoronarse y luego levantarse fue doloroso, y aunque al parecer no le importaba caerse y luego levantarse una y otra vez, una y otra vez, la verdad es que sufrió mucho y con amarga amargura.

Era el Señor obrando en Pedro, preparándolo para la obra que le tenía reservada, a tal punto lo llevó el Señor, que al final de Sus días aquí en la tierra, antes de Su ascensión, le preguntó a Pedro por tres ocasiones que si lo amaba:
Juan 21: 15 -17
Jesús dijo a Simón Pedro, Simón, hijo de Jonas, ¿Me amas más que estos? Le respondió: Sí, Señor, tu sabes que te amo. El le dijo: apacienta mis corderos. Volvió a decirle por segunda vez: Simón hijo de Jonas ¿Me amas? Pedro le respondió: Si, Señor, tu sabes que te amo, le dijo: pastorea mis ovejas. Le dijo por tercera vez: Simón, hijo de Jonas, ¿Me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez, ¿Me amas? Y le respondió: Señor, Tú lo sabes todo: Tu sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

Porqué el Señor le pregunto tres veces la misma pregunta?
Porqué, si Pedro se la había contestó tres veces afirmativamente?
A caso fue, que a ése punto de la vida del apóstol el Señor ya había llevado a mente de Pedro que realmente no podía confiar en sí mismo, que necesitaba depender de El para la toma de sus decisiones, que su pasión, disposición y actitud debían ser sometidas a El? Me aparece que sí.

Y esto, lejos de minar la seguridad y confianza en sí mismo en la vida y persona del apóstol lo que realmente hizo fue dársela, lo cual evidentemente no tenía, o si la tenía, la tenía muy distorsionada e ineficaz. Esto último lo confirma el testimonio de una vida valiente y sin temor, eficaz y fructífera para el Reino de Dios.

Muchas veces he sido y soy como el apóstol Pedro en su temprana vida como discípulo del Señor, cuando vienen las caídas, o en el caminar diario de la vida, oigo como si el mismo Señor me preguntara, ¿Me amas?, le digo: tu sabes que te amo Señor!. Pero he oído esa pregunta más de tres veces, es más la sigo oyendo cada día.

Al momento, cuando esas preguntas me asaltan a la mente, después de haber dicho que sí, que lo amo, después de haberme encontrado predicando aquí y allá en Su nombre, y aún cuando me enfrento con la vileza de mi corazón y mis actitudes, cualidades y carácter similar al apóstol, mi respuesta al Señor es:
Señor, en Cristo Tú sabes que te amo.
Señor, en Cristo te presento mi fidelidad.
Señor, en Cristo te muestro mi ofrenda.
Señor, en Cristo Tú sabes que te amo.
Señor, mi respuesta está en La Cruz.
Señor, Tú sabes que yo no soy suficiente, mi respuesta eres Tú en La Cruz.
Amén, gloria a Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.

08 de Enero 2015.
hora: 06:52 A.M.
Lugar: En un avión desde Carolina del Norte con destino a Miami.

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