sábado, 24 de julio de 2010

La Raíz de la Intolerancia

¿Por qué es intolerante el intolerante?

Porque la verdad que Dios ha revelado en su corazón lo contraría, lo saca de quicio y lo trastorna. Porque sabe que lo que está oyendo es la verdad y como no la quiere oír, la rechaza, se muestra intolerante, incómodo y agresivo con la verdad y con quien la expone.

Es un problema de conciencia, es algo interno y profundo que está dentro de los corazones de los intolerantes. ¿Por qué quieren prohibirle al cristianismo que exprese las verdades de Dios? Porque no la toleran, porque sus conciencias los acusan, los atormentan, los martillan y desesperan, sus conciencias, “como mudo y pertinaz testigo”, constantemente les reiteran que están equivocados y los castigan sin piedad.

Equivocadamente recurren a subterfugios como las leyes, las prohibiciones administrativas, a lo que diga la dictadura de la mayoría, a la libertad de expresión y de religión (excepto la libertad para el cristianismo). Pero es un problema interno que no pueden acallar, no es algo externo, es un asunto que Dios ha puesto en el corazón de cada ser humano la verdad y por más que se quieran escapar de ella no podrán. Incluso con la muerte, si piensan que se librarán de Dios están errados, pues será el momento en donde se convencerán de su realidad y lo tendrán que confesar…y de ro di llas!.

Cuando el homosexual, el ladrón, el adúltero, el fornicario, el proxeneta, el mentiroso, el pederasta, el alcohólico, idólatra, el juez injusto, el violador, el agresor, el falso profeta, etc. etc. ejecutan sus acciones, sus conciencias son sus testigos y  acusadores permanentes e implacables. Y eso es interno no es externo.

No es un problema de acallar al cristianismo, es un problema con un Dios vivo y verdadero, Omnipotente, Omnisciente que “está presente y no está callado” o pasivo observando lo que estamos haciendo como seres humanos.

1 comentario:

  1. Cuan terrible es la realidad contenida en esta declaración: "sus conciencias son sus testigos y acusadores permanentes e implacables". Ojalá que todo pecador enfrentado por la voz acusadora de su conciencia entienda que el propósito es llevarlo a Cristo para hacerle bien.

    Pecador, si tu conciencia no ha sido cauterizada por la práctica del pecado toma esas acusaciones como muestra de la misericordia de Dios y busca a Cristo para que te dé verdadera vida.

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