lunes, 19 de julio de 2010

A PAPÁ

El mejor sonido que oídos humanos puedan percibir está en la palabra Papá.


Agradable, ensoñadora y protectora se oye la palabra Papá.

Es dichoso, bendecido y privilegiado el que pueda oír…Papá.

Es todavía más dichoso, más bendecido y más privilegiado el que tiene Papá.

La mejor mirada, la más sublime de las miradas, el mejor toque, el más sensible de los toques, el mejor sabor que paladar alguno pueda besar y el mejor olor que humano pueda inhalar está en la persona de Papá.

Para aquellos que puedan decir Papá, para aquellos que tengan Papá, para aquellos que sepan lo que es un Papá y además sepan lo que es tener Papá como Papá.

Como no tengo…déjame decirle al tuyo Papá, déjame hacerlo con todos mis sentidos, a ver si los tengo, pues hasta ahora los creía desaparecidos, más bien muertos cuando se murió mi Papá. Los enterraron con él creía, sin embargo hoy lo vi en el tuyo, hoy sentí que me dijo: tus sentidos no se murieron conmigo, están contigo y no estoy muerto tampoco, estoy en ti por cuanto eres Papá.

Hoy he descubierto que Papá no está muerto, he descubierto que Papá está vivo en mí y estará vivo en mí hasta que yo muera, para entonces seguir juntos por la eternidad con Cristo Jesús.

Escrito el 24 de noviembre del año 1994 en la sala de un hospital público mientras observaba a una hija acariciar a su Papá que estaba muy enfermo.

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