viernes, 2 de julio de 2010

Descubrir los Dones del Espíritu Santo

Para su oportuno y pleno aprovechamiento

Descubrir los dones que el Espíritu Santo ha dado a su Iglesia es una de las tareas más importante del liderazgo eclesial, identificar en medio de la congregación, buscar diligentemente y con marcada intención los dones provistos por El Señor no es una tarea secundaria ni que pueda ser relegada por ninguna otra, pues del descubrimiento, identificación, preparación y utilización correcta y oportuna de ellos depende el crecimiento de la iglesia en todos los sentidos. En calidad y cantidad,
Dios ha repartido dones a su iglesia, no hay iglesia sin dones, los dones están descritos en la Biblia así como los propósitos para los cuales fueron dados, veamos:

Eph4:7 Pero a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
Eph4:8 Y DIO DONES A LOS HOMBRES.
Eph4:11 Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros,
Eph4:12 a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo;
Eph4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Eph4:14 para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error;
Eph4:15 sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo,
Eph4:16 de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.

Los versículos anteriores usted los puede interpretar con referencia a su iglesia local o como la iglesia universal de Cristo, en cualesquiera de los casos la iglesia no puede crecer cualitativamente en manos de neófitos, así como tampoco puede crecer en números bajo el esquema de una administración pastoral centralizada. Cada cual tiene que ejercer su don, si no, está estorbando el crecimiento del cuerpo de Cristo, lo está atrofiando y más temprano que tarde ése cuerpo en particular mostrará sus enfermedades.

Hay enfermedades que son identificables pero que no se las atribuimos al tema del uso correcto y oportuno de esos dones dentro de la iglesia. Por ejemplo, en una misma iglesia hay varios evangelistas sentados en sus bancos, varios predicadores subutilizados, otros tantos maestros, y así sucesivamente, a caso debemos de interpretar esto como una bendición del Señor, debemos de interpretar que todos esos dones estén sin operación como algo bueno, cuando sólo están aumentando el número de la membrecía de la iglesia? En ninguna manera, inclusive podría tornarse en muy perjudicial (aunque sea temporalmente) para la vida de la iglesia y en particular en la vida de esas personas que se ven inutilizadas.

Muchos estudiosos han interpretados las persecuciones que se originaron en Jerusalén como una señal necesaria dada por Dios para que los creyentes procediesen a la expansión del evangelio ya que si no hubiese sucedido a lo mejor todos esos dones y talentos dado a esa iglesia hubieran seguido concentrados en dicha ciudad. Y nos preguntamos ¿Cuál mecanismo usaría el Señor si en nuestras iglesias se presentaran casos similares?

Dios no permitirá que el crecimiento de su iglesia tanto cualitativamente como cuantitativamente sea estorbado, las iglesias deben de estudiar los modelos y los casos que se nos presentan en la Biblia y así proceder. Todo crecimiento que no responda a los descritos en las Sagradas Escrituras acarreará problemas con sus consecuencias.

Diferente al caso que presentamos anteriormente en donde la iglesia concentra muchos dones y talentos, está el caso de aquella iglesia que procura un crecimiento desde afuera, es el modelo de desarrollo de la iglesia en donde la promoción y la participación de sus líderes por los mass media atrae una gran multitud a la congregación, sin embargo las estructuras internas de la misma no soportan esa avalancha de personas para poder prepararlas, discipular las, capacitarlas, etc. Dependiendo de qué tan rápido se muevan los líderes en la capacitación de su membrecía para que estos a su vez capaciten a los nuevos creyentes podrán recibir las bendiciones del Señor. No preparar a la grey, no capacitarla, no instruirla desde adentro y provocar un crecimiento acelerado desde afuera es y puede ser perjudicial.

Es pues necesario que la iglesia dirigida por su liderazgo pastoral esté atenta a su realidad para que pueda ser depositaria de las abundantes bendiciones del Señor, es imperativo ser vigilantes y tener siempre presente que la obra es del Señor y no de ningún hombre, que la expansión del reino es la prioridad y no la concentración del reino, ni de dones subutilizados. Que los dones hay que saber tenerlos y usarlos dentro de la iglesia, pero también hay que saber distribuirlos, cómo distribuirlos, cuándo y dónde distribuirlos y hacia dónde distribuirlos.

El método más eficiente, económico y bíblico de expandir el evangelio es hacerlo a través de toda la iglesia, en donde cada miembro pone en ejercicio pleno sus dones en diario vivir de su existencia, en la cotidianidad de su vida, la mayor eficiencia del cuerpo de ancianos de una iglesia será alcanzada cuando en el ejercicio de sus funciones pastorales puedan identificar y usar los dones que el Espíritu Santo le ha dado a su iglesia.

Que Dios nos dé sabiduría para conocer y obedecer su voluntad.

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