viernes, 26 de diciembre de 2014

Hoy vi La Iglesia

Hoy vi La Iglesia como nunca la había visto, sólo lo había leído y oído; a pesar de tantos años en ella no había experimentado lo que hoy experimenté.

La vi real y personal, solemne, sobria, regia, imponente, excelsa y purificada. 

 La vi! la vi! La vi cantando reverentemente a su Señor, hombres, mujeres y niños unidos leyendo y cantando; blancos, negros, asiáticos y latinos unidos en el amor de Dios. 

 La vi! La vi! Niños, jóvenes, adultos y ancianos oyendo la Palabra, alabando al Altísimo en un mismo Espíritu.

Es imposible que prevalezcan las tinieblas sobre La Iglesia, el Espíritu de Dios presente, todo lo ajeno a El estará ausente.

La gloria de Dios estaba presente en la iglesia, manifestada en el Espíritu que nos unía en La paz, armonía, en solemne convocatoria ante Su presencia Divina.


 La vi! La vi! La he visto y vivido como nunca, hombres y mujeres oyendo y alabando al Rey de los siglos, al Único y sabio Dios.


 Imaginaos la Iglesia convocada en todo el mundo por sus ministros, con el mismo llamado y fin, luces en un mundo caído, lumbreras que sólo desde el cielo pueden ser apreciadas, luces que algún día, no muy lejano ya, dispersarán por toda la eternidad las tinieblas que la cubren.


 Ahora Imaginaos la iglesia como la novia de Cristo en las bodas del Cordero, toda unida en el reino de los cielos, ya no dispersa por el mundo. WAO! 


 Es ciertamente imposible que las tinieblas prevalezcan sobre la Iglesia; cuanta fortaleza en tanta humildad, cuanto poder en tanta mansedumbre, cuanta determinación en tanta paz y armonía. 

Gracias Señor por la experiencia vivida, te querré más a ti y a Tu Iglesia, ayúdame en el nombre de Jesús.

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