sábado, 27 de junio de 2009

Yo soy de mi amado(a) y conmigo tiene su contentamiento

Estoy leyendo la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis consecutivamente y, he llegado al libro “Cantar de los Cantares”, “El Canto de Salomón”; y la verdad es que la sabiduría, la poética y las manifestaciones de amor que se narran en él, son exquisitas, inspiradoras, seductoras y dignas de imitar.

En unos tiempos de tanta frialdad entre las parejas, de tanto liberalismo, pornografía, infidelidades, sexualismo, perversiones, ascetismo, fornicaciones, adulterios y divorcios, en una generación en donde la locura y los desvaríos del ser humano se vuelcan en busca de la “familia alternativa” (chatarra semántica, usada para definir a las parejas sodomitas u homosexuales); se levanta el “Cantar de los Cantares” puro y sin mácula, diciéndonos lo que necesitamos oír.

¿Y qué es lo que necesitamos oír? La exaltación de la pureza del matrimonio, la exquisitez del romance en el matrimonio. Cómo Dios creó el matrimonio entre el hombre y la mujer, y cómo lo ha nutrido de belleza, cómo lo ha provisto de gusto, gozo y placer, en una relación de intimidad sexual que, Él mismo la ha llamado santa. Cómo El Creador ha llamado honroso al matrimonio, y al lecho sin mancilla. Cómo Dios ha instituido el matrimonio entre un hombre y una mujer, y lo ha definido como una relación Espiritual, de creación, de origen insoluta, que la hemos pervertido, distorsionado y malinterpretado.

Si los artistas creadores de “musicales” descubrieran este libro, si los matrimonios de las iglesias redescubrieran este libro, su canto y su música, su poesía y su inspiración, de seguro estaría permanentemente en las salas de los teatros, por un lado, y las iglesias tendrían menos problemas matrimoniales por el otro.

Citemos directamente del mismo libro algunos pasajes:

“Oh, si él me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino. Hazme saber, oh tu quien ama mi alma…mi amado es para mí un manojito de mirra, que reposa entre mis pechos.

He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí eres bella; tus ojos son como palomas. He aquí que tu eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho es de flores.

Susténtame con pasas, confortadme con manzanas; porque estoy enferma de amor. Su izquierda esté debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace. Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalem…que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera. Mi amado es mío y yo suya…

¿Habéis visto al que ama mi alma?…Hallé luego al que ama mi alma; lo así, y no lo dejé. Hasta que lo metí en casa de mi madre, y en la cámara…yo os conjuro oh doncellas de Jerusalem…que no despertéis ni hagáis velar el amor, hasta que quiera.

He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa; tus ojos…tus cabellos…tus dientes…tus labios… y tu habla hermosa…tus mejillas…tu cuello…tus dos pechos… en tí no hay mancha…

Prendiste mi corazón, hermana mía, esposa mía; has apresado mi corazón con uno de tus ojos…cuan hermoso son tus amores, hermana mía, esposa mía.

Soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta.

¿Qué es tu amado más que otro amado…? Su cabeza…sus cabellos…sus ojos a la perfección colocados…sus mejillas…sus labios que destilan mirra…sus manos…su cuerpo…sus piernas…su aspecto…su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo.

Yo soy de mi amado, y mi amado es mío…hermosa eres tú, oh amiga mía…de desear…aparta tus ojos de delante de mí, porque ellos me vencieron…perfecta mía.

Cuan hermosos son tus pies…los contornos de tus muslos…tu ombligo…tu vientre…tus dos pechos…tu cuello…tus ojos…tu nariz…tu cabeza…el cabello de tu cabeza…qué hermosa eres, y cuan suave, oh amor deleitoso…tu estatura como palmera y tus pechos como racimos. Yo dije: subiré a la palmera, asiré sus ramas. Deja que tus pechos sean como racimos de vid, y el olor de tu boca como de manzanas. Y tu paladar como el buen vino.

Yo soy de mi amado, y conmigo tiene su contentamiento.” Termina la cita.

Para terminar, veremos cómo el Señor, en su infinita sabiduría, nos presenta el poder el amor cuando su fundamento esta establecido en sus valores morales y espirituales revelados en la Biblia.

Cito: “Porque fuerte como la muerte es el amor…las muchas aguas no podrán apagar el amor…ni lo ahogarán los ríos”. Termina la cita.

UAO, Dios si es maravilloso. Siempre me sorprende!...¿y a usted?

No hay comentarios:

Publicar un comentario