Ya van dos artículos que se han publicado en el periódico Diario Libre acerca de la Iglesia y El Estado, bajo la firma del Sr. A. M. Tejada. En ellos el autor ha tratado de definir, hasta cierto punto, hasta donde llegaría el papel de cada cual, a la hora de la necesidad de legislar. Por ejemplo, en el caso del aborto; y añado yo, en el caso de los matrimonios homosexuales y por qué no, en los casos de bestialismo, entre otros temas que se derivarían inexorablemente de aprobarse uno u otro.
El articulista para sostener su posición cita a la ministra española de igualdad y al ex presidente de Ecuador, Sr. Rodrigo Borja. A partir de ahí, santas palabras, las definiciones y puntos de vistas particulares de dos humanos, finitos e imperfectos. Tremendo error. El hombre como punto de referencia del hombre. Hasta Jean Paul Sartre, ateo existencialista, reconoció que el ser humano necesita un punto infinito de referencia, aunque no haya visto a Dios como tal.
Aunque no coincido con el catolicismo-romano en sus creencias, hasta el punto de considerarla anticristiana, en el punto del aborto, si lo hago con limpia conciencia, pues, esta vez, ellos están diciendo la verdad, lo correcto, la verdadera opinión acerca del feto y el origen del ser dentro del vientre materno. Por lo tanto, no porque lo digan los católicos, científicos o quien sea, el asunto es de rechazar, tampoco ha de rechazarse porque históricamente y hasta nuestros días una parte del clero católico se haya visto envuelto en múltiples y frecuentes actos inmorales. No. Y aunque ellos sean fariseos, pues dicen una cosa y hacen otra, repito, esta vez dicen la verdad. El feto es un ser humano desde su concepción.
Otro error que cometen es el de tratar de anular los derechos que tenemos nosotros como ciudadanos y parte de la sociedad civil, política, económica y democrática de la República, para imponernos los criterios de los otros. Todos tenemos derechos, la iglesia está compuesta por hombres y mujeres que viven, trabajan, tributan y votan en las elecciones al igual que los demás. Entonces, ¿por qué hemos de dejarnos gobernar o elegir a gobernantes y legisladores que piensan contrario a nuestras creencias?
Esto es parte de lo que he llamado la cultura del chantajismo; porque somos religiosos debemos dejarnos arrinconar de otros religiosos cuya religión es tan filosófica como la nuestra. No hay ser humano que no sea filósofo, no hay un ser humano que no tenga una cosmovisión de la vida, de la muerte, del ser. Entonces ¿por qué dejar amordazarnos con chantajes pobres, baratos y reciclados? No. Que cada cual exponga su punto y su fuerza para imponer sus creencias.
¿De dónde sacó el Sr. A. M. la frase: “al Cesar lo que es del Cesar”? Fue del mismo Dios a quien quiere amordazar, arrinconar, anular, disminuir y callar. ¿Reconoce a Jesús como Dios? ¿Conoce la Biblia? Él está tomando prestado frases para sostener su punto, y luego combate su mismo punto de apoyo, tratando de anularlo. Eso es una verdadera y total contradicción.
Si fue Jesús quien dijo, al Cesar lo que es del Cesar, y es válido, fue también Él mismo, quien dejó la Legislación para que el hombre viviera y se comportara correctamente y de acuerdo a sus valores absolutos. No hay aspectos morales, éticos o espirituales neutros, todos responden a creencias específicas. Nosotros como creyentes en Jesús, sostenemos que Él es el Soberano y Legislador del Universo; ante quien todo ser tendrá que doblar sus rodillas y darle cuentas de todo lo que haya hecho, sea bueno o malo.
Si hay otros que creen en el diablo y sus sacrificios, en buda, en los dioses de la nueva era o en la evolución como religiones y creencias, allá ellos. Que cada cual, con sus fuerzas espirituales, intelectuales, económicas y políticas impongan lo que creen, pero que no vengan con chantajes reciclados y desgastados.
Dios habló, “dejémonos de tonterías”, como dijo Freddy Ginebra en su artículo, “Dios es artista”.
El conocedor de las Escrituras, el conocedor de la Palabra de Dios sabe muy bien cuál es el concepto de la verdadera religión, nada divorciado del diario vivir del hombre, nada divorciado del ser y quehacer del ser humano y en todos sus aspectos. La moral y la ética vienen de Dios; si queremos amordazarlo y darle al Cesar lo que es del Cesar, entonces, anulemos también: no matarás, no hurtarás, aprobemos la pedofilia, el bestialismo, el crimen, el secuestro. ¿Qué hombre tendrá moral para decir lo que es bueno o malo?
Por último, lo de pecado y delito ya Dios lo trató con mucha sabiduría y exquisitez en los evangelios cuando dijo en Mateo 5: 21 y 27:
Oísteis que fue dicho a los antiguos; no matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano será culpable de juicio”.
“Oísteis que fue dicho: no cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira una mujer para codiciarla, ya adulteró en su Corazón”.
Jesús nos lleva a un estadio de moral, ética y espiritualidad, cual hombre jamás podrá igualar, imaginar, superar. Pobres infelices que somos.
“…Antes bien sea Dios veraz y todo hombre mentiroso.”
Romanos 3:4
No hay comentarios:
Publicar un comentario