viernes, 22 de octubre de 2010

El Cuarto Mundo Urbano


El concepto del Cuarto Mundo Urbano se define como aquella pobreza que está presente en las calles de nuestras ciudades, en los semáforos, en las puertas de nuestras iglesias, en las puertas de los restaurantes, en los parques públicos y sus bancos, entre otros lugares visibles de países desarrollados, subdesarrollados y en vías de desarrollo, no importa en la categoría de país en la cual nos encontremos, ahí la tenemos.


El mejor de los sectores de cualquier zona residencial de nuestro país tiene enclavado en su mismo corazón, ya sea a su entrada o a su salida un marginado barrio cantera de ése cuarto mundo urbano.

Las ciudades de nuestro país están atestadas de la marginalidad a la que han relegado al cuarto mundo urbano.
No hemos sido capaces, ni como políticos, ni como religiosos, ni como empresarios, ni hasta como seres humanos detener ni menguar ni dolernos ni de ser sensibles al cuadro que se vive en nuestras narices.
Es como la costumbre del ortopeda cirujano o la cotidianidad del médico forense, inmutable y frío ante lo que tiene delante.

Maldita la codicia, maldito el amor al dinero, maldita la vanidad de la vida que nos ciega y nos insensibiliza ante lo que vemos y nos da de frente.

¿Qué hacer con la acumulación insaciable de dinero?
¿Qué nos llevaremos con la pronta y a veces sorpresiva e inminente muerte?

Pro 18:11 Las riquezas del rico son la ciudad de su fortaleza, Y como un muro alto en su imaginación.

Para qué dejar dinero a los hijos si vamos a dejarle un país invivible, tormentoso, arrabalizado e intransitable.

¿Cómo es posible que un funcionario público con rango de ministro de estado gane en un mes el salario de 15 años de un policía?
¿Y cómo es posible que un funcionario medio o un militar sin ascendencia económica conocible en 3 o 4 años ya ostente una casa de 20 millones de pesos y nadie diga nada?

Se gastan miles de millones en publicidad gubernamental, en campañas políticas, en comisiones, en gastos superfluos, en juegos de azar, en la pelota, en los carnavales y todo al margen de la realidad que tenemos entre nosotros.

Estaba visitando uno de ésos sectores y la pobreza es degradante, por el medio de sus estrechos pasadizos se encuentra nada más y nada menos que el desagüe cloacal. Lea bien, el desagüe está en medio de sus caminos y abiertos con todos sus olores característicos. El dengue está en sus anchas y todas las enfermedades parasitarias y gastroenterólogas posibles, entre otras.

¿Cuál es la razón del dinero, para qué sirve, con cuál finalidad fue hecho?

Dios tiene las respuestas en su Palabra:

1Ti 6:17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos:
1Ti 6:18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, que con facilidad comuniquen;
1Ti 6:19 Atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano á la vida eterna.

Jer9:23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.
Jer9:24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra: porque estas cosas quiero, dice Jehová.

viernes, 8 de octubre de 2010

A propósito de A. Tejada y José María Hernández

Diario Libre publica en su columna “AM.” del día 07 de Octubre del año en curso una entrega del señor Adriano M. Tejada en donde hace una breve historia de su compartir con, y de lo que fue la vida del señor José M. Hernández. Es un artículo muy emotivo y describe las virtudes que adornaron al señor Hernández.


De ésa narrativa quiero enfocarme en lo que considero sería lo más importante a mí entender y al decir del propio articulista, es lo que encontramos en el último párrafo, cito:

“Al celebrar su partida a la Casa del Señor, sé que será juzgado como un hombre de bien que amó a su familia y a su Patria. Paz a sus restos.”

Digo que es lo más importante por la trascendencia del contenido de sus palabras, el contenido va más allá de la vida terrenal que tuvo el señor Hernández ya que lo posiciona después de su muerte física cómodamente en la vida venidera. Por eso es lo más trascendente e importante.

Ahora bien, qué implicaciones y aplicaciones tiene ése último párrafo que sé que el señor Adriano M. Tejada no dijo pero que sabe… y que sabe porqué lo escribió:

1. Usar la palabra partida en vez de muerte es significativo pues da la certeza de una continuidad de la vida después de la vida, aunque del alma y no del cuerpo.

2. Ésa continuidad deja claro, en el caso del señor Hernández y al parecer de A. Tejada, de que será en un lugar físico (casa) lo que implica una dimensión “espacio temporal”.

3. Una dimensión espacio temporal que supone un estado de conciencia y de presencia real, no de aniquilacionismo después de la partida o muerte.

4. En ésa dimensión espacio temporal (casa) José M. Hernández se va a encontrar con Él Señor.

5. Por sus virtudes, acciones y cualidades el señor Hernández se ha merecido estar en la presencia del Señor.

6. Y en la frase “sé que será juzgado” se llega al clímax de la trascendencia pues las implicaciones que ésa frase tiene universaliza su contenido.

7. Él Señor es el Juez que juzgará, es decir, hay un supremo Legislador ante el cual se presentarán todos los seres humanos una vez partan (mueran) de este mundo.

8. Y si hay un Legislador es porque ha legislado. Ha creado leyes que les permitirán decidir si un hombre ha sido un hombre de bien o de mal, y que dependiendo de sus actuaciones estará o no en su presencia.

9. Lo que quiere decir que el hombre de mal no estará después que parta en la casa del Señor.

10. Si ése Legislador ha legislado y el Hombre, en éste caso el señor Adriano M. Tejada, puede afirmar el destino de su amigo es porque Él Señor ha dejado sus leyes al alcance de los seres humanos para que sepan a qué atenerse en la presente vida terrenal ya que después que partan estarán sometido a un juicio.

La deducción lógica que podemos tener de todo lo anterior es que si los seres humanos viviésemos bajo las afirmaciones del párrafo citado por el señor Adriano M. Tejada con respecto a su amigo otro mundo sería el nuestro. Otros hogares serían nuestros hogares, otros gobernantes y políticos serían los que nos gobernasen y muchos “otros” se añadirían a la lista.

No es lo mismo vivir sin ley divina que vivir bajo las leyes divinas, no es lo mismo saber que tendremos un juicio final de consecuencias penales y eternas y que aquí en la tierra es donde se define y como se define el resultado de dicho juicio.

Tiene razón el señor Tejada en su artículo y sin querer queriendo ha establecido la voluntad De Dios revelada en la Biblia y ésta con respecto al destino eterno de las almas, está en lo correcto por cuanto dejó claramente establecido:

El alcance del juicio de Dios hacia los hombres: Universal.

El tiempo del juicio de Dios hacia los hombres: Una vez que partan.

El resultado del Juicio de Dios hacia los hombres: Estar en la presencia de Dios (casa) o estar separado de la presencia de Dios (lo que es igual a estar en el infierno)

¿Cómo viviremos entonces?

¿Viviremos a espaldas de Dios, del Juez, del Legislador que salva o condena?

¿Hay alguna faceta de nuestras vidas que esté separada de la legislación dada por Dios en la Biblia?

El ser humano debe acercarse a su Creador y Dios en sus términos, bajo sus condiciones para así obtener una sentencia favorable cuando sea juzgado y eso solamente se consigue a través de Jesucristo.

Joh5:24 En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida.

Joh11:25 Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá,

Joh11:26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?

¿Cómo viviremos entonces?

domingo, 3 de octubre de 2010

La cultura,el cine y el Apocalipsis

En el cristianismo hay muchas diferencias en cuanto a las interpretaciones del último libro de las Sagradas Escrituras, pero sin temor a equivocarme puedo decir que en todas ésas interpretaciones el final será el mismo. Dios triunfará sobre Satanás, el bien vencerá el mal, no hay otro final que no sea ése.

Cualquier interpretación que suponga, insinúe o sostenga lo contrario no es verdad y no se corresponde con toda la Biblia desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento.

Sin embargo el maligno, es decir Satanás, ya en los finales del fin sigue dándose a la tarea de confundir a las personas incautas, a los inconversos, a los analfabetos bíblicos, a los ignorantes y hasta los mismos creyentes está de hecho confundiendo con sus artimañas.

Una de ésas artimañas está accionando a través del cine y la televisión, si mal no recuerdo desde los años `80 en adelante el contenido de las películas fue cambiando paulatina pero radicalmente hacia establecer un final en sus guiones en donde el ganador es el malo de la película o el mal. Hasta ésa época los guiones siempre concluían con el triunfo del bien sobre el mal; había una persona que representaba el bien y que era realmente una persona buena y estaba su contrapartida, una persona mala y que representaba fielmente su papel de malo.

Era fácil decidir de cuál lado estar, era fácil definir quién era bueno y quién era malo. Recuerdo que cuando niño decía “el detective siempre gana”.

Hoy en día la cultura manifestada a través del cine y la televisión ha dejado ver su lado oscuro con claridad, el grado de violencia y morbosidad que se está dando en las películas han alcanzado niveles nunca alcanzados. No pasan por desapercibidos la gran cantidad de películas alusivas al vampirismo y al satanismo. Tampoco pasa por inadvertidos el desenfreno en materia de sexualismo, pornografía, prostitución y homosexualismo entre toda una serie de distorsiones morales y espirituales que se pasan por todos los medios habidos y por haber sin censura.

Pero la gravedad del asunto se presenta en la filosofía que está detrás de todo esto, el diablo con su audacia se ha seguido infiltrando y dominando a los medios para que los guiones de las películas tanto en el cine como en la televisión se desarrollen, no ya entre el bien y el mal, no ya entre el personaje bueno y el personaje malo si no más bien entre personajes malos de la misma especie.

En las películas de vampiros, por ejemplo, hay vampiros malos y vampiros buenos, en las serie de televisión, hay parejas de homosexuales amorales víctimas que se ganan las simpatías en vez de las parejas heterosexuales normales y morales correctas.

Los monstruos mientras más feos más bonitos son, claro porque te presentan una serie de monstruos feos luchando entre ellos en donde hay un monstruo feo bueno y un monstruo feo malo.
De igual manera te presentan personajes satánicos con cachos en las frentes en donde unos son policías y otros son los bandidos. Al final tu elegirás el satánico bueno con sus cachos bien puesto.

¿Cuál es la elección, entre qué nos están poniendo a elegir?

Nos están poniendo a elegir entre el mal y el mal. Entre el vampiro bueno y el vampiro malo, pero elegiremos como quiera un vampiro. Tendremos la opción de elegir un policía con cachos o un bandido con cachos, ambos representan a Satanás, aunque elijamos el policía con cachos.

Así se está condicionando a nuestros hijos para que vean todos estos asuntos como normales, para que cuando tengan que elegir elijan sus diablos preferidos y “buenos” sin pensarlo dos veces. Pero diablos elegirán.

En ése esquema filosófico bien orquestado el bien no triunfa sobre el mal, el mal será el triunfador.

Pero para los que conocemos la palabra de Dios la trama final, el desenlace último será inconfundible, irrevocable y absoluto, el bien triunfará. Y ése debe ser el contenido principal de las predicas, ése debe ser el contenido al tronar los púlpitos de nuestras iglesias.

El mundo de hoy, la sociedad de hoy no está preparada para oír del amor de Dios y del sacrificio de Cristo solamente porque él se dio por amor en una cruz y cargar allí todos nuestros pecados, como un cordero degollado. Eso sería lo ideal, llegar a amar a Dios por lo que Él es y por lo que hizo por nosotros. Pero me temo que no es así, que lo que más puede funcionar es la presentación de un Cristo en su trono de gloria listo para juzgar y condenar a los malos y al mal.

Un Cristo en su trono, amenazante y airado, lleno de terror para sus oponentes, como Él REY DE REYES Y ÉL SEÑOR DE SEÑORES.
UN CRISTO QUE NO DARÁ POR INOCENTE AL CULPABLE, UN CRISTO ANTE EL CUAL SE DOBLARÁ TODA RODILLA TARDE  O TEMPRANO Y ANTE ÉL CUAL TODA LENGUA CONFESARÁ QUE ES ÉL SEÑOR.

Un Cristo que nuestra juventud pueda sentirse orgullosa y protegida, no acobardada por las influencias del mal y de los malos, en donde están saturados de ver que el mal triunfa sobre el bien y en donde los malos siempre se salen con las suyas.

Si bien es cierto que hay que predicar todo el consejo de Dios, no es menos cierto que en las escrituras Dios elegía sus mensajes de acuerdo a sus propósitos y a sus épocas históricas, y hoy es tiempo de predicar para que la gente entienda que tiene un Dios airado sobre sus cabezas.

Hay que tronar desde los púlpitos y llorar por los inconversos, ya que ellos no lloran por ellos mismos.

sábado, 2 de octubre de 2010

Instrumentos en las manos de Dios

Pasar por las diversas circunstancias y procesos que se nos presentan en la vida sin poder definir o ni siquiera inferir los propósitos y las causas por lo que estamos viviendo debe ser muy triste. Imagínese un círculo y que dentro de ése círculo están todos sus problemas y que dentro también está usted, agobiado, y encarcelado sin poder ver ni saber qué es lo que está pasando y porqué. Sólo reacciona a las circunstancias, incapaz de abstraerse, de salirse del círculo y mirar y observar y ver y conocer y saber hacia dónde se conducen las cosas. Eso debe ser triste para el ser humano.

La mujer embarazada conoce su final, y aunque se les presenten problemas que la obliguen a reposar, aunque haga una barriga muy difícil y su embarazo sea complicado, sabe que al final nacerá su bebé. Aunque los dolores de parto sean fuertes ella sabe lo que vendrá en unos momentos y sabe que también se les olvidarán y que su concentración y felicidad estarán en su criatura.

No es lo mismo el proceso de aflicción, enfermedad y muerte en la familia de un cristiano que en la de una familia no creyente.

El creyente que sufre, aflige y/o muere conoce durante todo su proceso que es un instrumento en las manos de Dios para cumplir con sus propósitos soberanos. Conoce cuál será su último final, sabe hacia dónde va y también el significado de lo que está pasando. El no está dentro de un círculo perdido y sin sentido, reaccionando ante lo que venga lo mejor que pueda.

Repito eso es triste y desolador vivir bajo ésas circunstancias.

¿Cómo entonces vive el creyente? Hasta donde la Divinidad nos ha revelado podemos afirmar con toda certeza lo siguiente:

Rom8:28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.
Rom8:29 Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos;
Rom8:30 y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó.
Rom8:31 Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
Rom8:32 El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas?

A los que aman a Dios todas las circunstancias les son favorables y tienen un propósito, y al final y aunque ahora no lo entendamos perfectamente todo será para nuestro bien. Porque si no escatimó ni a su propio para darnos la salvación, cómo pues no nos preservará y nos concederá con Él todas las cosas.

En ésos versículos está contenida la historia de la humanidad desde su creación hasta su final y algo más. También está contenido lo que sucedió desde antes de la fundación del mundo, cuando la Santísima Trinidad estaba conociendo, eligiendo a cada creyente y predestinándolo para salvación y vida eterna.

Podemos decir que las aflicciones, los sufrimientos y todas las cosas por las que podamos pasar estarán en las manos de nuestro Dios y Salvador y Él estará a nuestro lado:

Mat 10:28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno.
Mat 10:29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo vuestro Padre.
Mat 10:30 Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
Mat 10:31 Así que no temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos.

Mat 28:18 Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
Mat 28:19 Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
Mat 28:20 enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

Todo está soberanamente controlado por Dios y Él está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo?

¿Qué más podemos decir?

2Co 1:3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
2Co 1:4 el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
2Co 1:5 Porque así como los sufrimientos de Cristo son nuestros en abundancia, así también abunda nuestro consuelo por medio de Cristo.
2Co 1:6 Pero si somos atribulados, es para vuestro consuelo y salvación; o si somos consolados, es para vuestro consuelo, que obra al soportar las mismas aflicciones que nosotros también sufrimos.
2Co 1:7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros está firmemente establecida, sabiendo que como sois copartícipes de los sufrimientos, así también lo sois de la consolación.

He ahí parte de las respuestas a nuestras tribulaciones y sufrimientos en ésta vida presente. Sufrimos y nos consuelan, consolamos con la misma consolación que nos consuela Cristo.

¿No es maravilloso esto?
¿A caso no es suficiente y complaciente saber esto?

Confieso que es una obra sobrenatural que hay en todo esto, no es posible pensar así si no hemos nacido de nuevo, si no somos nueva criatura en Cristo Jesús. De ahí el desconsuelo, la desesperación y las frustraciones que se generan durante todo el proceso de aflicción, sufrimiento y muerte en las familias no creyentes.

Hemos de pensar como creyentes en aflicción que estamos siendo instrumentos en las manos de Dios para cumplir con sus propósitos, los cuales por demás son buenos santos y justos. Que todo redundará para nuestro bienestar, que Él está a nuestro lado hasta el fin.

Que con nuestros procesos aflictivos Él está consolando a otros, enseñándoles a otros para que vean ejemplos de integridad, de esperanza, de fidelidad a Dios, aún en medio del más insoportable dolor que terrícolamente hablando se pueda soportar.

Si somos conscientes de lo que nos está sucediendo, las cosas son diferentes.

Si nos entregamos por amor a Dios y a nuestros hermanos, para ser instrumentos en sus manos seremos un Don para su Iglesia. Un Don a través del cual el comunique su palabra y su voluntad. Y seremos agregados a la lista de dones que Él mismo ha dado a su iglesia para llevar a cabo su obra.

Hay dones tales como el apostolado, el de profecía, el de maestro, de sanidad, de lenguas, la fe, de enseñanza, la esperanza y el amor. De todos los dones el único que va a perdurar es el don del amor. Y si por amor pasamos todas nuestras circunstancias aflictivas soportando al lado de Dios lo que haya que soportar, entonces seremos verdaderamente un Don del Altísimo en éste mundo.

Por amor a Dios y a nuestros hermanos que nos observan, durante nuestra enfermedad
procuraremos cumplir con nuestra entrega de amor, haciendo de el :

1Co 13:4 El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante;
1Co 13:5 no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido;
1Co 13:6 no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad;
1Co 13:7 todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
1Co 13:8 El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía, se acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará.
1Co 13:9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
1Co 13:10 pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará.
1Co 13:11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.
1Co 13:12 Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido.

Es como la mujer en cinta.