La historia del llamamiento de Moisés por
parte de Dios para que fuese a Faraón y le diera el mensaje Divino es
interesante analizar, parte del asunto se relata en El libro del Éxodo,
capítulo 3:10 al 14, en ese texto se presenta un diálogo en donde El Señor da
instrucciónes y Moisés responde:
Exo3:10 Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para
que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.
Exo3:11 Pero Moisés dijo a Dios: ¿Quién soy yo para
ir a Faraón, y sacar a los hijos de Israel de Egipto?
Exo3:12 Y El dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y
la señal para ti de que soy yo el que te ha enviado será ésta: cuando hayas
sacado al pueblo de Egipto adoraréis a Dios en este monte.
Exo3:13 Entonces dijo Moisés a Dios: He aquí, si
voy a los hijos de Israel, y les digo: "El Dios de vuestros padres me ha
enviado a vosotros," tal vez me digan: "¿Cuál es su nombre?",
¿qué les responderé?
Exo3:14 Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y
añadió: Así dirás a los hijos de Israel: "YO SOY me ha enviado a
vosotros."
Exo3:15 Dijo además Dios a Moisés: Así dirás a los
hijos de Israel: "El SEÑOR, el Dios de vuestros padres, el Dios de
Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros."
Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en
generación.
Cuando Moisés va delante de Faraón y da el mensaje la respuesta de Moisés a Faraón no le fue suficiente, y no lo fue, no por El nombre de Dios sino porque El mismo Dios había endurecido el corazón del monarca con la finalidad de mostrar su poder y su presencia Divina a favor de su pueblo, y también para que esos hechos y narrativas perduraran para nuestra enseñanza por los siglos venideros.
El principal argumento, el suficiente argumento; YO SOY EL QUE SOY, YO SOY ME ENVIO A VOSOTROS, QUE DEJE IR A MI PUEBLO; debió bastarle a Faraón, pero su corazón estaba endurecido y Dios lo endureció más. Por eso Dios desplegó una serie de plagas que finalmente no le dejaron alternativas al monarca y tuvo que dejar salir a los hebreos de Egipto.
En la apologética de nuestra fe, después de ver esta narrativa debe ser suficiente que le digamos a nuestros interlocutores las cosas deben ser así y así, porque Dios lo dice y punto.
Esto lo digo por nosotros, ya que cuando tenemos que argumentar a veces nos perdemos en justificaciones y temas adyacentes que en vez de ir directo a la defensa lo que hace más es ponernos a dar vueltas y vueltas en nuestras argumentaciones perdiendo fuerza y enfoque en la discusión.
Con el tema del aborto, el homosexualismo, la idolatría, la fornicación y el libertinaje del postmodernismo, las legalizaciones de las drogas, y todo aquello que represente una conducta, comportamiento o valores anticristianos debería ser suficiente decirles, sencilla y simplemente:
ESTAMOS EN DESACUERDO PORQUE DIOS LO DICE, YO SOY EL QUE SOY CONDENA ESE COMPORTAMIENTO, EL DIOS CREADOR DE LOS CIELOS Y DE LA TIERRA CONDENA ESA CONDUCTA que ustedes quieren aprobar y ponerlas por leyes a todos los hombres.
Y no argumentar más, de ahí en adelante dejar en manos del Señor el futuro de los acontecimientos, dejar a las personas a su propio riesgo y decisión.
Faraón ignoro el mensaje una y otra vez, una y otra vez hasta que no pudo más, hoy en día la paciencia de Dios se ha extendido y la rebeldía del hombre es cada vez alarmante y desafiante y parecería que mientras más desafiantes más paciencia ejerce Dios , pero algún día vendrá el fin, como le vino a Faraón.
La paciencia de Dios no debe confundirse con la idea de que Dios es indiferente a lo que está pasando. Más bien, como dice su palabra, no desea que nadie se pierda y quiere que todos vengan al arrepentimiento.
No hay, ni habrá, mejor y suficiente argumento que aquel que se inicia y se concluye con: LAS COSAS DEBEN SER ASÍ Y ASÍ PORQUE EL DIOS CREADOR DE LOS CIELOS Y LA TIERRA ASÍ LO DICE Y PUNTO.