lunes, 20 de abril de 2009

DROGA REDENTORA, UNA DOSIS, Y…

He leído un artículo escrito por Aníbal De Castro bajo el título: “En el Camino del olvido”, que se publicó en Diario Libre, el sábado 18 de abril de 2009, y la verdad es que he sentido la necesidad de escribir acerca del mismo.

Creo que el señor De Castro ha llevado un poco más adelante lo que deben ser sus esperanzas y en cuáles bases deben de estar cimentadas. Ante dicho artículo, le propongo lo siguiente: hay respuestas a sus interrogantes, hay respuestas a sus ansias, hay respuestas a sus frustraciones, el hecho de que usted no las haya encontrado (pues está cifrando sus esperanzas en la droga de Brooklyn) no quiere decir que no las haya.

No hay nada nuevo debajo del sol, escribió el predicador, y es cierto; recordemos lo sucedido en los años ‘60 con la generación que se llamó “Beats”, y luego con los “hippies”. Recordemos cómo frente a la frustración de la razón y de la cultura de plástico, Aldous Huxley propuso la búsqueda de alguna clase de “experiencia final” que pudiera ser producida a voluntad y que no haga esperar demasiado. Creo que el señor De Castro sabe mejor que yo cómo terminó todo. Tres eventos cita el Dr. Francis Schaeffer que terminaron de enterrar aquellos ideales filosóficos optimistas que se generaron alrededor del consumo de las drogas: Altamount, California, Woodstock y el evento en la isla Wight.

Hoy casi 50 años después, cito el artículo, “científicos de N.Y. han descubierto una droga experimental que aplicada a ciertas partes del cerebro borra la información allí almacenada. Una vez desarrollada- y espero sea pronto- será la droga del olvido”

Pero sin aplicarnos una dosis de esa droga, ya hemos olvidado que aquellas, tampoco nos dieron las respuestas que buscamos como seres humanos. Por eso alberga el señor De Castro sus esperanzas en una dosis de droga, droga que espera aparezca pronto. Podemos notar lo malo que puede ser el olvido. ¿Cómo ese olvido lo ha llevado a retroceder a los años ‘60 para buscar las mismas respuestas, que les harán tropezar con las mismas piedras?

¿Qué queremos olvidar?
¿Cómo queremos vivir?

Según lo escrito en el artículo, el Señor De Castro tiene las esperanzas de olvidar, “para vivir, cito, sin miedos, malos hábitos, desamor, pasiones no correspondidas, vergüenzas acumuladas, traiciones, amantes perdidas, recuerdos urticantes, desencuentros, atavismos ni tiempos pasados de soledad, debilidades, desaparición del insomnio, preocupaciones, reminiscencias indeseadas, desterrar errores, ahuyentar las disonancias de todos esos ruidos martillantes, desaparecerá Dios y el infierno, sin pesadillas, etc., etc.”. A esto puedo agregar, si me lo permite y puesto que la droga estará en el Mercado, que también los criminales, los homicidas, jueces corruptos, policías y militares corruptos, banqueros, los violadores de niños, los que practican el incesto, el bestialismo, los dictadores, los brujos, los hechiceros, los ladrones, etc., etc., puedan usar dicha droga para olvidar sus actos.

Una dosis, y…
Una próxima dosis, y…
Una dosis adicional, y…

¿Ha valorado usted lo que significan sus deseos? El ser humano viola las leyes, se burla de la autoridad, corrompe la justicia, es libertino, le da rienda suelta a sus instintos, actúa sin referente social, ni político, ni espiritual, anda como chivo sin ley, es explotador, generador de pobreza, anda impune a sus largas y anchas, se les dan todos sus deseos, vive y actúa como si no existiera Dios ni infierno, pero no satisfecho con esto, todavía le falta algo, y ese algo es borrar a su antojo su conciencia.

“Conciencia nunca dormida, mudo y pertinaz testigo que no deja sin castigo ningún crimen en la vida”, decía el filósofo. Y es que haciendo y deshaciendo, todavía el ser humano tiene en su corazón ese sentido de lo que es correcto, de lo que es justo, de la necesidad de paz y de amor, que el mismo Dios nos ha puesto. Por eso es que no pueden dejar la conciencia libre, tienen que anularla, manipularla o manejarla a sus antojos, y es que no la pueden soportar, es intolerable, implacable, es persistente, acusadora y tenaz, nunca está dormida. Por eso esperan la droga de Brocklyn con expectativas. La conciencia no le permite al hombre hacer lo incorrecto y dormir tranquilo, nunca lo dejará, lo perseguirá hasta el final.

El asunto es un asunto espiritual y religioso, es algo que tiene que ver con el alma. Así lo percibo y así lo describe el señor De Castro, veamos:

“…se imaginan el paraíso de no tener metido en la sesera al Dios constitucional”
“…el infierno ya no estará ni siquiera en la mente…”
“…será una droga verdaderamente taumaturga…”
“…será una droga redentora…”

¿Pueden ver los términos que el señor De Castro usa, pueden ver como los deseos de su alma buscan: un paraíso, alejarse del infierno, buscan milagros, buscan redención? Pero lo hace equivocadamente. Pero su conciencia se lo pide.

Hay algo curioso en todo esto, y es que todo el material que quiere olvidar, son las cosas que nunca debimos hacer: los errores, los pecados, la mala ética, la mala moral que practicamos. Pero, ¿por qué hacemos lo que sabemos que no es correcto hacer? ¿Por qué elegimos ser y hacer lo malo? ¿Por qué queremos libertinaje? ¿Para desenfrenadamente actuar? Lo hacemos porque queremos, y por eso es que esperan la droga con expectativas, para seguir haciendo lo malo. No desean ser y hacer el bien, lo que quieren es hacer el mal y la droga que les haga olvidal (cambié la “r” por la “l” a propósito, para que rime).



El señor De Castro no es consistente consigo mismo, quiere justicia sin memoria, quiere justicia sin un Legislador constitucional, quiere paraíso sin Dios, quiere vivir en un infierno, dándole rienda suelta a su voluntad, para luego, con una dosis, olvidar el infierno en que vivió. Solo quiere vivir con lo que reconforte el espíritu, pero niega al Dios que da el espíritu.

Estimado señor De Castro, usted puede tener el paraíso, alejarse del infierno, reconfortar el espíritu, tener milagros, redención y vida eternal a través de Jesucristo. No es necesaria la droga de Brooklyn. El hombre que comprende el mensaje del Evangelio, entiende que mediante el sacrificio que hizo Jesús, sus pecados (todos) le son perdonados, su conciencia queda libre de culpa, su redención está asegurada y su vida eternal garantizada. Pero eso sí, debemos llevar una vida de santidad, una vida con sus frutos dignos del arrepentimiento que confesamos.

Porque es malo pensar que existe Dios, porque es malo pensar que existe un infierno hacia el cual van los que justamente se lo merecen ?, sabéis porque? Porque la ley se hizo para el que la viola, no para el que la cumple y la obedece. Que temor puedo albergar si cumplo con la ley?. Lo que sucede es que no queremos ataduras, no queremos deberes, el ser humano quiere vivir a espaldas de su Dios y Creador, tiene una enemistad con El, pese a que Dios quiere su bien y su redención.

Finalmente, aunque se desarrollase la droga redentora y se manipulase la conciencia del hombre a sus antojos, sepa usted señor De Castro, que no nos libraremos del hecho de que tendremos que dar cuentas a Dios de todo lo que hagamos en nuestra vida terrenal, sean cosas buenas o sean cosas malas. Sepa usted que toda rodilla se doblará y toda boca confesará que Jesús es el Señor.

En tanto hay vida terrenal, hay oportunidad de elección, y ésa es su decisión: JESUCRISTO o la droga del olvido.

Quiero terminar con una ilustración que he oído muchas veces, y es la siguiente:

El dolor es bueno y necesario y beneficioso. Piense en sus manos, ahora use unas dosis de drogas para eliminar el dolor, luego póngalas al fuego directo, nada sentirá, pero sus manos con el tiempo se calcinarán. ESO ES LO QUE LE PRODUCIRÁ LA DROGA DEL OLVIDO. ¿DE VERDAD QUIERE USTED ESO?

Si todavía la quiere, le sugiero que promueva una dosis general para todo el mundo a través de las cañerías de los acueductos, para que comencemos de nuevo, en el paraíso.

2 comentarios:

  1. Mi Hermano:

    Mi Hermano:

    Mi atinada la observación al desatino de este hombre, que pena me da el saber que muchos de los que tienen el poder de la prensa escrita estén desinformando a la población.

    Para cualquiera que quiera ver esta barbaridad y comprobar que lo que usted mi hermano opina aquí es correcto, le estoy dejando la dirección de modo que puedan ver y comprobar que el único adjetivo correcto a lo escrito por el Sr. Castro es con el que me he estado refiriendo al mismo un desatino, esta es la dirección del articulo: http://www.diariolibre.com/noticias_det.php?id=196325#comm

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  2. Buen articulo a pesar de estar tan en desacuerdo. Sin duda esa a sido la razón por la que no he sido capaz de terminar de leerlo.
    Y es que, en mi opinión, decir lo que se dice sobre el tal señor De Castro no lleva absolutamente a ningun sitio: es una critica insustancial. La razón de esto es que la diferencia entre lo escrito arriba y la opinión de De Castro es que para uno las drogas son algo negativo mientras que para el otro son algo positivo, pero no se dan razones para ninguna de las dos opiniones. Las dais por hechas. Y eso no es así, porque lo cierto es que existe un numero impactante de gente que no entiende que otra gente diga que la droga es mala. Los argumentos que se suelen dar contra la droga siempre son mostrando el lado más brutal de esta. Pero acaso describiendo el estado más brutal de, digamos, una persona se puede hablar de como es? Puede ser catalogada como "mala"?

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