lunes, 6 de abril de 2009

Lo que dijo el Papa, Lo que no dijo el Papa, lo que quiso decir el Papa

Cuando el Embajador de la República Dominicana ante el gobierno del Vaticano fue a presentar sus credenciales, reseñan los periódicos que, el jefe de dicho gobierno le dijo a nuestro Embajador, Victor Grimaldi, que el gobierno que representaba debe erradicar la pobreza, la corrupción y ser transparente en sus ejecuciones.

De esas declaraciones podemos decir que lo más importante no fueron dichas declaraciones emitidas por el llamado papa, que lo más trascendente de ese diálogo no fue lo que se dijo, que lo más relevante de sus palabras no fueron las noticias que se publicaron en nuestros periódicos, noticieros y prensa nacional. Nada de eso fueron las cosas importantes, trascendentes, ni relevantes.

Y es que ese tipo de declaraciones genéricas las oímos decir cada día: de cualquier ama de casa las oímos, de la sociedad civil, de los hombres y mujeres sensatos del país, de los partidos de oposición, de los religiosos, de los intelectuales y académicos, y hasta de las propias entrañas del gobierno, como al efecto lo ha proclamado el señor Miguel Cocco.

Lo más importante pues, no fue lo que dijo el llamado papa, sino lo que no dijo; y lo que pocos hemos visto, y más aún, lo que pocos nos hemos atrevido a decir y escribir. Entonces: ¿Qué fue lo que realmente nos quiso decir el llamado papa?

Él nos quiso dejar dicho, que él quiere o pretende ser nuestro referente moral, ético y espiritual; que él tiene o pretende tener el derecho de llamarnos la atención en esas materias y que nosotros tenemos la obligación de escucharlo y obedecerle.

Ése fue el mensaje que no dijo, pero que se oyó a lo lejos. Eso no fue lo que dijo, pero sí fue lo que quiso decir. Frente a esas declaraciones tenemos el deber y la necesidad de decir lo siguiente:

à Ni la iglesia católico-romana ni sus obispos tienen el derecho, la moral, la ética o la espiritualidad suficiente para ser nuestro referente.

à Que esas declaraciones desafortunadas lo que pretenden es posicionar el gobierno vaticano sobre nuestro país y sobre nuestros gobiernos. Y eso es inadmisible, intolerante y absurdo.

à Que no estamos en la Edad Media, en donde el papado, a través de las supersticiones y feticherias tenían engañados a toda Europa junto a sus gobernantes, y así mataban, y así tomaban posesión de las riquezas, y así quitaban y ponían reyes.

à Que vivimos en un mundo en donde cada cual puede elegir su religiosidad sin tener a inquisidores malditos que nos torturen y nos quieran obligar a ser católico-romanos.

à Que vivimos en un estado de derechos, con prensa libre para anunciar y denunciar lo que antes no se podía.

¿Cómo puede ser referente el catolicismo-romano cuando muchos de sus sacerdotes son abusadores sexuales de niños, muchos son homosexuales, ladrones, etc. etc.? ¿Cómo puede ser referente cuando del Banco Vaticano dicen atrocidades? Hay que leer el libro “Topos y Espías en el Vaticano” cuyo autor es Álvaro Baeza L. para saber y conocer más de aquellos que quieren erigirse como referentes de la República Dominicana y sus gobernantes.

¿Cómo puede ser el catolicismo-romano referente moral, ético y espiritual si sus actuaciones en esos tres aspectos son anti-Dios? Para que alguien pueda reclamar ser referente para otra persona, tiene que fundamentarse y apelar a la Biblia y esto es lo que menos hacen los católicos-romanos, pues son anticristianos-practicantes.

Ya no volverán los tiempos, ya no se repetirán los tiempos como el día de San Bartolomé en Francia. Ya no volverán las persecuciones y matanzas como las que ocasionó el catolicismo-romano y su inquisición en los valles del Piamonte en los Alpes de Europa en donde casi erradicaron el protestantismo reformado.

De las barbaridades innumerables que el papado llevó a cabo junto con los ejércitos de los reyes, los papistas y los presos (asesinos, homicidas, violadores, ladrones y demás), a los cuales se les ofrecían indulgencias si se constituían en bandas paramilitares con la finalidad de torturar y matar a los cristianos; solo narraré dos breves historias, que sucedieron en el siglo XVII, cito del libro de los Mártires, cuyo autor es John Fox, páginas 136-137:

1. “Sara Rastignole des Vignes, una mujer de sesenta años, apresada por algunos soldados, recibió la orden de que les rezara a algunos santos; al rehusar, le clavaron una hoz en el vientre, la destriparon, y luego le cortaron la cabeza”.

2. Martha Constantine, una hermosa joven, fue tratada con gran indecencia y crueldad por varios de los soldados, que primero la violaron y luego la mataron cortándole los pechos. Luego la frieron, y se la dieron a comer a algunos de sus camaradas, que las comieron sin saber de que se trataba.”

Éstas y otras barbaridades inimaginables fueron ejecutadas por las siguientes razones :

- Por la preservación de la autoridad papal.
- Para que todas las rentas económicas eclesiásticas estuvieran bajo una misma forma de gobierno.
- Para unir todos los partidos (Nota del autor: cuidado con el ecumenismo).
- En honor a todos los santos y de las ceremonias de la iglesia de Roma.
- Porque no creían en las doctrinas de Roma.
- Porque no hacían ofrendas ni oraciones por los muertos.
- Porque no iban a misa.
- Porque no se confesaban ni recibían la absolución.
- Porque no creían en el purgatorio, ni pagaban dinero para sacar las almas de sus amigos y familiares de allí”.

El mundo ha seguido; el catolicismo-romano sigue creyendo lo mismo; y el protestantismo reformado por igual, de manera que son inaceptables las declaraciones del jefe del catolicismo-romano.

Ojalá que esas declaraciones no encuentren eco en los políticos de nuestro país, que queriéndose aprovechar de las mismas, sin saberlo, le dan preeminencia a los verdugos, torturadores y asesinos de los cristianos de los siglos que nos precedieron.

Son declaraciones interventoras y atrevidas.

1 comentario:

  1. Mi hermano, estas situaciones me hacen recordar el siguiente texto bíblico:

    "mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados." (2 Timoteo 3.13, RVR60)

    Todo un círculo de maldad se activa de tal manera que se hace difícil salir de el, sólo la gracia divina puede romperlo así como lo hizo en el tiempo de la reforma, y a la verdad que estamos reeditando algunas cosas, donde el poder político y religioso se confabulan para lograr sus malvados fines.

    Por tal razón, procuremos y roguemos a nuestro Dios para que nuestros pueblos habrán los ojos y adquieran la consciencia que sólo Dios puede dar sobre los peligros de creer en el hombre y seguir olvidándose de El.

    Yo no puedo defender al papa, pues razones de más tengo al no hacerlo y usted mi hermano a dado algunas, pero tampoco puedo defender mi gobierno, pues sólo un ignorante o fanático político pueden hacerlo, lo único que puedo hacer es pedir a Dios misericordia por mi amado pueblo, a quien sólo Dios puede darle salida del callejón sin salida en que se encuentra por causa de su falta de consciencia e ignorancia.

    Que nuestro Dios tenga de nosotros misericordia, especialmente de nuestros políticos, quienes tendrán que dar cuenta ante su tribunal por sus acciones.

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