jueves, 23 de septiembre de 2010

ENTRE TANTO (2)

La Biblia describe el proceso de envejecimiento de manera poética en el libro de Eclesiastés, muy bonito, bellamente expresado, desde la primera vez que leí ésa porción de las Escrituras quede prendado de ella.


Al pasar el tiempo ésa descripción de la vejez, con sus voces y anuncios las he ido observando en otros muy detalladamente, y aunque cuenta no me había dado de que su presencia ya estaba en mí, pese a que sus voces, anuncios, proclamaciones eran tan evidentes para otros, no fue sino cuando oí a alguien exclamarme en alta voz:

¡Hey Viejo venga acá!

O cuando escuchaba los juicios de mis hijos cuando se referían a otras personas mucho más jóvenes que yo como “ése es un viejo”.

Ahí fue entonces cuando caí en cuenta de lo que estaba pasando.

Las otras edades me hicieron consciente de la mía, si no yo no me hubiese dado cuenta en el tiempo que me di cuenta.
Fue como un despertar, entonces comencé a observar las descripciones que hace Dios en la Biblia de la vejez y ciertamente he visto:

Ecc12:1 Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y se acerquen los años en que digas: No tengo en ellos placer;
Ecc12:2 antes que se oscurezcan el sol y la luz, la luna y las estrellas, y las nubes vuelvan tras la lluvia;
Ecc12:3 el día cuando tiemblen los guardas de la casa y los fuertes se encorven, las que muelen estén ociosas porque son pocas, y se nublen los que miran por las ventanas;
Ecc12:4 cuando se cierren las puertas de la calle por ser bajo el sonido del molino, y se levante uno al canto del ave, y todas las hijas del canto sean abatidas;
Ecc12:5 cuando también teman a la altura y a los terrores en el camino, y florezca el almendro, se arrastre la langosta y la alcaparra pierda su efecto; porque el hombre va a su morada eterna mientras los del duelo andan por la calle.
Ecc12:6 Acuérdate de El antes que se rompa el hilo de plata, se quiebre el cuenco de oro, se rompa el cántaro junto a la fuente, y se haga pedazos la rueda junto al pozo;
Ecc12:7 entonces volverá el polvo a la tierra como lo que era, y el espíritu volverá a Dios que lo dio.
Ecc12:8 Vanidad de vanidades, dice el Predicador, todo es vanidad.

Lo que he visto y notado es:
Oscurecerse mis ojos.
Doblarse mis piernas y mis rodillas.
Cansarse mis brazos.
Encorvarse mi espalda.
He tenido que aumentar el volumen para mejor oír.
Las hijas del canto han sido abatidas y por eso tengo una voz más grave.
No puedo subirme en escaleras altas.
La flor del almendro no sólo ha nacido en mi cabeza, sino en casi todo mi cuerpo, desplazando todo a su paso.
La piel se está quebrando, secando y resecando, se han abiertos los surcos, la elasticidad se está perdiendo.
El rostro se está poniendo áspero, duro y sin expresión.

Y si alguien tiene duda de lo que he descrito, le narraré lo último que me pasó:
Fui a solicitar un servicio para la reparación de mi vehículo y en un momento determinado un joven me llamó y me dijo:

¡ “Hey chino venga acá”!

Y todo el que me conoce sabe que no soy chino, soy de descendencia árabe-palestino.
Sin embargo ¿qué fue lo qué vio ése joven, un chino? NOOO! Fue a un viejo con la piel de los párpados colgante.

¡Vaya a ver usted que cosa más divertida he pasado en los inicios de la vejez!

Y aunque ésas imágenes en su lenguaje figurado y ésa realidad que estoy viviendo nos presentan el desgaste del cuerpo, de la mente, el deterioro paulatino y cuasi imperceptible (por lo menos para mí) de nuestra personalidad, tengo para decirle que estoy feliz porque mi vida no la he desperdiciado en las vanidades de este mundo, desde el 1977 recibí a Jesús como mi Señor y Salvador y cada día que pasa le quiero servir más y más.
Las advertencias del Señor en Eclesiastés no son para mí, me he preparado para esto y para más. Para morir y resucitar en un cuerpo glorioso como resucitó Él. No tengo temores, ni ansiedad. Sé a quién he creído, sé de dónde vengo y hacia dónde voy.

¿Y Usted…?

ENTRE TANTO (1)

He aquí dos pensamientos, de dos personajes que observaron el universo y que manifestaron sus sentimientos con intensas pasiones:

El primero lo citaré libremente y el segundo textualmente

1. “El silencio eterno de los espacios infinitos me vuelve loco.”

Para éste filósofo el universo no le decía nada, no le hablaba nada, él tampoco veía ni oía nada, el universo se le mostraba sordo ciego y mudo a su parecer.

Ese diseño perfecto, ésas órbitas perfectas y en orden, ésas leyes físicas y químicas, ésas atmosferas, ésos ciclos de vida, ésas estaciones del año, ése universo en expansión era a su parecer mudo.

Y eso lo volvía loco, era insoportable para ése filósofo vivir sin una explicación de lo que estaba y pasaba frente a sus ojos. Era insoportable para ése personaje pues entendía que como ser humano lo que veía, ése algo, tenía que tener un significado. Pero no lo encontraba.

Nuestro segundo personaje frente a la misma observación hizo la siguiente exclamación:

2. Psa8:3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has establecido,
Psa8:4 digo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, y el hijo del hombre para que lo cuides?

Psa19:1 Para el director del coro. Salmo de David. Los cielos proclaman la gloria de Dios, y la expansión anuncia la obra de sus manos.
Psa19:2 Un día transmite el mensaje al otro día, y una noche a la otra noche revela sabiduría.
Psa19:3 No hay mensaje, no hay palabras; no se oye su voz.
Psa19:4 Más por toda la tierra salió su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras. En ellos puso una tienda para el sol,
Psa19:5 y éste, como un esposo que sale de su alcoba, se regocija cual hombre fuerte al correr su carrera.
Psa19:6 De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta el otro extremo de ellos; y nada hay que se esconda de su calor.
Psa19:7 La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo.
Psa19:8 Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.
Psa19:9 El temor del SEÑOR es limpio, que permanece para siempre; los juicios del SEÑOR son verdaderos, todos ellos justos;
Psa19:10 deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal.

Dos cosmovisiones diferentes expresadas con las mismas pasiones intensas, pero opuestas, diametralmente opuestas.

Haga sus lecturas y siéntese a pensar…

Si quiere escríbame algún comentario…

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Hagamos un Pacto

Hagamos un pacto sobre una promesa, mis hijos del alma regalos de Dios. Y a ti compañera, a quien ama mi alma, te propongo lo mismo con igual condición.

El que parta primero no generará dolor, pues al cielo se ha ido a los brazos del Señor. Al gozo eterno al paraíso ensoñador, a la plenitud de vida, entre alabanzas y adoración.

Y si asomare el dolor o el sufrimiento desolador a nuestras mentes diremos que El Señor será nuestro Consolador.
Las certezas están en Cristo nuestro fiel Señor y Dios, miremos al cielo en donde estaremos mejor.

Coro
Sin dolor ni temor pues estoy en los brazos tiernos del Señor.
Sin dolor ni temor pues estoy en la morada con mi Dios.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

¡Que me importa a mí, ALLÁ TÚ!

El sistema de valores anti-Dios que está permeando el mundo parecería que no tuviera límites, digo parecería porque realmente sí tienes sus límites y a su debido tiempo se acabará. Así Dios lo ha prometido y así se cumplirá, a su tiempo.


Mientras tanto los frutos y las obras de ése sistema de valores son manifiestos: adulterio, fornicación, inmundicia, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, hechicerías, homicidios, borracheras, astrología, orgías, homosexualismo, mentiras, robos, injusticias, drogas, violencia familiar, entre otras manifestaciones. Quien está detrás de todo esto es la persona de Satanás, el engañador y el mentiroso de todos los tiempos, ése que anda como león rugiente buscando a quien devorar. Ése personaje traidor, insaciable del mal, sediento de sangre y hambriento de almas.

Las formas y maneras de éste ser maligno operar son muchas y variables, he escogido a Judas Iscariote para ilustrar una de ésas formas y ver cómo ha seguido ése patrón de conducta con un ejemplo que ocurrió en una discoteca de Santo Domingo en el año 2008.

Satanás conoce lo codicioso que somos los seres humanos, conoce la insaciabilidad insaciable que padece el hombre del siglo xx1, el postmodernista, y sin tapujos ni vergüenza repite una y otra vez su clásico método de engañarnos y seducirnos ofreciéndonos cosas, y nosotros como codiciosos al fin, caemos (voluntariamente caemos) lo hizo con Adán y Eva diciéndole…”Seréis como Dios”…y éstos cayeron en la trampa mortal y eterna.

Quiso hacer lo mismo con Jesús induciéndolo a que desconfiara de Dios el Padre una y otra vez una y otra vez, ofreciendo como siempre cosas que no puede dar. Pero ésa vez no se salió con la suya.

Sin embargo con nosotros juega, nos usa, nos encanta, nos ensalza, nos eleva a la cima, nos llena los ojos con espejismos, y luego que caemos nos humilla, nos aborrece, nos escupe, nos vomita, y cuando le reclamamos nos dice como le dijo a Judas: “Que me importa a mí tu condición, allá tú!”.

A Judas lo tentó con el dinero (como a muchos de nosotros), a otros nos tentará con la pornografía, las drogas, la violencia, las orgías. En el siguiente verso se narra lo sucedido:

Mat 26:14 Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes,
Mat 26:15 y dijo: ¿Qué estáis dispuestos a darme para que yo os lo entregue? Y ellos le pesaron treinta piezas de plata.

La historia termina con Judas devolviendo la plata, lleno de remordimiento y ahorcándose:

Mat 27:3 Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,
Mat 27:4 diciendo: He pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: A nosotros, ¿qué? ¡Allá tú!
Mat 27:5 Y él, arrojando las piezas de plata en el santuario, se marchó; y fue y se ahorcó.

Act1:18 (Este, pues, con el precio de su infamia adquirió un terreno, y cayendo de cabeza se reventó por el medio, y todas sus entrañas se derramaron.

¡Que nos importa a nosotros, allá tú!

Así sucedió en una discoteca de Santo Domingo, Satanás usando como instrumentos a jóvenes, los provocó a la codicia con la fama, con la vanidad de la gloria, con el poder y los sedujo a beber shot de tequila. Podemos imaginarnos la escena: todos aplaudiendo, los participantes tomando su lugar y remangándose la camisa…pon lo ahí, llénalo tò, vamo arriba, dale palante, aplausos, aplausos, a la una, a las dos y a las tres… más sirve más, otro, vamo no te pare tu puedes, sigue que ya fulano paró, nama quedan tres, sigue sigue, sirve otro… risas, carcajadas… fotos por aquí fotos por allá… video por aquí, videos por allá… dale sólo queda mengano dale… el ambiente está encendio…paren ya paren… ganaste…los aplausos abarrotan el lugar.

Al ganador le ofrecieron que se tirara del pináculo del templo que iba a ser transportado por ángeles y cuando terminó, que todos lo adoraron y lo aplaudieron, inclusive Satanás, ya era tarde…el joven había muerto.

Pero Satanás no se quedó ahí, es un insaciable del mal, quiso más y más, entonces se valió de los propios amigos del muerto y de los presentes para que éstos tratarán de vender los videos y las imágenes a los medios de comunicación televisivos y escritos de todo el proceso, incluyendo la del joven muerto. Es la expresión viva que tuvieron los fariseos con Judas… ¿o nos les parece?

Así pasa a diario con nosotros cuando cedemos a las tentaciones del maligno, después que caemos y armamos un tollo en la familia, en el trabajo, con nuestros hijos, el nos dice, a mí que me importa, ¡allá tú!

¿Qué pasó como consecuencia de esos hechos? Nada…ah! Una familia destrozada, como le gusta a Satanás. Los amigos? bien gracias.

¿Porqué elegimos hacer el mal pudiendo hacer e bien?

 Porqué si Dios a través de Cristo nos da la oportunidad de nacer de nuevo espiritualmente y ser transformado a su imagen, con carácter hacia a santidad, preparándonos para toda buena obra, porqué rechazarlo?

¿Porqué rechazar a Jesús, su amor, su paz, su paciencia, su misericordia, su perdón, su piedad, su gozo, su ternura, sus afectos, su bien?

Mientras Jesús te ofrece una mejor vida presente, una mejor vida eterna, mientras Él te llama para darte la Salvación de tu alma y de tu cuerpo... ¿Por qué eliges el mal para tu propia destrucción?

El Señor Jesús quiere tu humillación para luego exaltarte a la gloria, Él da lo que promete, Él nunca te dirá… “¡que me importa a mí, allá tú!

En tú decisión considera la decisión de Josué y su valentía:

Jos24:14 Ahora pues, temed al SEÑOR y servidle con integridad y con fidelidad; quitad los dioses que vuestros padres sirvieron al otro lado del río y en Egipto, y servid al SEÑOR.
Jos24:15 Y si no os parece bien servir al SEÑOR, escoged hoy a quién habéis de servir: si a los dioses que sirvieron vuestros padres, que estaban al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa, serviremos al SEÑOR.

Jos24:16 Y el pueblo respondió, y dijo: Lejos esté de nosotros abandonar al SEÑOR para servir a otros dioses;