jueves, 23 de septiembre de 2010

ENTRE TANTO (1)

He aquí dos pensamientos, de dos personajes que observaron el universo y que manifestaron sus sentimientos con intensas pasiones:

El primero lo citaré libremente y el segundo textualmente

1. “El silencio eterno de los espacios infinitos me vuelve loco.”

Para éste filósofo el universo no le decía nada, no le hablaba nada, él tampoco veía ni oía nada, el universo se le mostraba sordo ciego y mudo a su parecer.

Ese diseño perfecto, ésas órbitas perfectas y en orden, ésas leyes físicas y químicas, ésas atmosferas, ésos ciclos de vida, ésas estaciones del año, ése universo en expansión era a su parecer mudo.

Y eso lo volvía loco, era insoportable para ése filósofo vivir sin una explicación de lo que estaba y pasaba frente a sus ojos. Era insoportable para ése personaje pues entendía que como ser humano lo que veía, ése algo, tenía que tener un significado. Pero no lo encontraba.

Nuestro segundo personaje frente a la misma observación hizo la siguiente exclamación:

2. Psa8:3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has establecido,
Psa8:4 digo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, y el hijo del hombre para que lo cuides?

Psa19:1 Para el director del coro. Salmo de David. Los cielos proclaman la gloria de Dios, y la expansión anuncia la obra de sus manos.
Psa19:2 Un día transmite el mensaje al otro día, y una noche a la otra noche revela sabiduría.
Psa19:3 No hay mensaje, no hay palabras; no se oye su voz.
Psa19:4 Más por toda la tierra salió su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras. En ellos puso una tienda para el sol,
Psa19:5 y éste, como un esposo que sale de su alcoba, se regocija cual hombre fuerte al correr su carrera.
Psa19:6 De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta el otro extremo de ellos; y nada hay que se esconda de su calor.
Psa19:7 La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo.
Psa19:8 Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.
Psa19:9 El temor del SEÑOR es limpio, que permanece para siempre; los juicios del SEÑOR son verdaderos, todos ellos justos;
Psa19:10 deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal.

Dos cosmovisiones diferentes expresadas con las mismas pasiones intensas, pero opuestas, diametralmente opuestas.

Haga sus lecturas y siéntese a pensar…

Si quiere escríbame algún comentario…

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