Las expresiones que usted acaba de leer son muy usadas en las “iglesias” pentecostales, neopentecostales, católicas-romanas (principalmente las de tendencias carismáticas), entre otras denominaciones.
Pero por si no lo sabía, amigo lector, estas expresiones no son nuevas, no se desarrollaron en el siglo XIX, ni mucho menos en el XXI. Vienen desde más atrás en el tiempo.
En el presente artículo veremos desde cuándo se usaban, quiénes las usaban, su veracidad, la opinión de Dios acerca de los que la usaban, observaremos también cómo se comprobaba lo que Dios le revelaba a sus profetas, y las consecuencias que acarreaba haber dicho algo que Dios no dijo, las consecuencias de decir: “Dios me dijo…Soñé…, Tuve una revelación”.
Para ilustrar lo antes dicho, citaremos los sucesos históricos y veraces que acontecieron en los tiempos del profeta Jeremías. Estamos hablando del año 629 A. C., aproximadamente, es decir, unos 2,638 años atrás.
Sucedía que los falsos profetas hablaban mentiras, tanto a los gobernantes como al pueblo. Conociendo lo que Dios había profetizado sobre la caída de Israel y Judá en manos de Babilonia, estos falsos profetas les decían engaños y mentiras que escondían la realidad de los hechos por venir. En tales circunstancias, Dios llama a Jeremías y le dice que lleve el mensaje real, el mensaje veraz, y era precisamente la invasión de Babilonia y la aplastante derrota que se le iba a infringir a Israel y a Judá.
He aquí lo revelado por Dios en la Biblia :
Jeremías 6: 13-14 “Porque desde el más chico hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad diciendo: paz, paz; y no hay paz.”
Jeremías 14: 13-14 “Yo dije: Ah, ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas le dicen: No veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este lugar os daré paz verdadera. Me dijo entonces Jehová: Falsamente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad y engaño de su corazón os profetizan”.
Jeremías 23:16-17, 21-22, 25-26, 28-32 y 34 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová.
Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: no vendrá mal sobre vosotros.
No envié yo a aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubiesen estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.
Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé.
¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?
El profeta que tenga un sueño, que cuente el sueño, y a aquel a quien fuere mi palabra, que cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?, dice Jehová.
¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?
Por tanto, he aquí yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su mas cercano.
Dice Jehová: He aquí yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: “Él ha dicho”.
He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envíe ni les mande; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.
Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que dijere: ‘Profecía de Jehová’, yo enviaré castigo sobre tal hombre y sobre su casa.
Los pasajes son claros e ilustran lo suficiente para saber cómo operan estos falsos profetas. Venden ilusiones, crean falsas esperanzas, son mentirosos, engañadores, soñadores, son lisonjeros, es decir, dicen lo que sus oyentes quieren oír, por eso endulzan sus palabras.
El neopentecostalismo, imitado casi en su totalidad por el catolicismo-romano (en su música, sus oraciones, sus cultos desordenados, sus revelaciones, sanaciones) son expresiones vivas en nuestros días de lo que fue en los tiempos de Jeremías.
La cadena de televisión “Alma Visión” es otro ejemplo grosero y desfachatado, que distorsionando lo que Dios dice en la Biblia, desconstruyendo pasajes de las Escrituras, se lanzan a pedir dinero sin escrúpulos, sobre la supuesta base, Dios dijo, siendo esto por supuesto, no más que engaños y mentiras.
Las seudoiglesias, “pare de sufrir”, “ministerios Aquiles Azar” son otros ejemplos que según la Biblia estarian ejerciendo practicas similares en nuestro país.
¿Qué hacer? Si usted asiste a una de esas seudoiglesias en donde sus líderes dicen: “Soñé, soñé, Dios me dijo, tuve una revelación”; sálgase de ahí, YA!; pues todo lo que el Señor nos reveló en la Biblia es lo suficiente y lo necesario que Él consideró revelar. Léase 2 Timoteo 3: 14 al 17; léase también, Hebreos 1:1-4 y entenderá por medio de quién es que Dios nos habla hoy.
Acérquese a una iglesia en donde Dios sea el centro, en donde solo el Señor Jesús sea glorificado y esto a través de la obediencia a la voluntad de Dios revelada en las Sagradas Escrituras. En donde la sola fe, la sola gracia y la sola escritura sean el norte a seguir.
Algún día se sabrá, quiénes les han hecho más daño al cristianismo, si los ateos materialistas o los falsos cristianos.