martes, 17 de noviembre de 2009

¿Estás preparado para el 2012?

Los últimos tiempos de la historia de la humanidad se iniciaron con el nacimiento de la era cristiana. Cuando Juan el Bautista presentaba a Jesús, lo anunciaba diciendo: “arrepentíos, porque el reino de Dios se ha acercado.”

Y es que conjuntamente con el reino de Dios, encarnado por Jesucristo en esos momentos, también se inicio el final de la historia de la humanidad. Muchas profecías fueron dichas y todas se cumplieron, otras están en la espera de su cumplimiento.

De todo lo profetizado y que todavía falta por cumplirse tenemos, y conocemos con certeza absoluta los siguientes eventos:

1. El regreso de Jesucristo en gloria. Su segunda venida.

2. No conocemos ni el día ni la hora que la segunda venida sucederá.

3. La historia de la humanidad como la conocemos hasta ahora terminará.

4. Habrá juicio para todo ser humano que haya existido (pues habrá resurrección de los muertos) y para los que estén en vida también.

5. El juicio será para salvación eterna y para condenación eterna.

6. Los cielos y la tierra, así como la fisionomía y estructura de la nueva vida de los humanos serán diferentes a como los conocemos hoy en día.

7. Tampoco sabemos por cuales países comenzará lo que se conoce como la unión de naciones que se realizará para luchar contra Jesús.

8. No conocemos de donde saldrá el anticristo, ni su país, ni su nacionalidad, ni si será un sistema o una persona física o los dos a la vez.

9. Sabemos con certeza que los cielos y la tierra pasarán, pero que la Palabra de Dios, no pasará. Que todo lo profetizado en la Biblia se cumplirá.

Hay otros eventos que por causa de espacio no los podremos citar; pero el asunto está en que sabemos con certeza absoluta que todos ocurrirán y que otros que sabemos que ocurrirán, no tenemos esa certeza absoluta en cuanto al tiempo en que sucederán.

Uno de esos eventos es el fin de lo que hoy conocemos como “El Mundo”, el fin de la historia de la humanidad, incluyendo los cielos y la tierra que nos alberga. Es cierto, sucederá, habrán cielos nuevos y tierra nueva, así lo prometió El Señor, pero, ¿cuándo acontecerá?, ni a los seres humanos ni a los ángeles nos ha sido revelado. Veamos:

Mateo 24: 36 “Pero el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los Cielos, sino solo mi Padre.

Pero realmente, ¿tiene importancia el día y la hora en que el mundo se acabará? Claro que la tiene, es de tanta importancia que solo El Padre conoce dicho asunto. Pero, ¿cuál es el significado entonces para nosotros? El significado está en el propio evento, y en lo que sucederá; Jesús viene, y hay que estar preparado para ese encuentro personal que tendrá con cada ser humano.

Es más importante para Dios y para los hombres que nos encontremos preparados para ese día, sea cuando fuere y a la hora que fuere.

La atracción que experimenta el ser humano por las profecías, por conocer el futuro, por poseer conocimientos exclusivos, los ciega de la verdadera importancia de las cosas. El mundo se puede acabar mañana para el que muere, mas sin embargo, no nos preparamos para tal eventualidad, ni nos asombramos, ni nos perturbamos que así fuere, ni cambiamos de conducta con respecto a Dios como debiera. Entonces, ¿cuál es el sensacionalismo con las predicciones de los mayas de que el mundo se acabara en el 2012?

Los mayas, Nostradamus u otros “profetas” contemporáneos pueden predecir el fin del mundo pero, la Palabra de Dios dice con toda certeza que nadie sabe ni el día ni la hora de tal acontecimiento. Pero algo interesante es que en lo más profundo de su ser, el ser humano sabe que la historia tendrá su fin, y esto desde el inicio de la misma humanidad.

Si el mundo se le acabara a usted mañana, o en unos minutos, ¿está usted preparado para lo que con verdad absoluta le sucederá? Veamos algunos versículos Bíblicos que nos hablan de lo que pasara después de que se acabe el mundo, ya sea que usted se muera o que venga Jesucristo:

1. Hechos 9:27 “…Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio”.

2. Hebreos 4:13 “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuentas”.

3. 2da Corintios 5:10 “Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”.

4. Romanos 14:10b, 11, 12 “…Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito esta: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesara a Dios”.

5. Filipenses 2:9 al 10 “Por lo cual Dios también lo exalto hasta lo sumo, y le dio un nombre sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.

6. Apocalipsis 20:11 al 15 “Y vi un gran trono blanco…Y los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos…Y fueron juzgados los muertos, cada uno según sus obras…Y el que no se hallo inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”.

Si después de leer todos estos versículos que tratan con los eventos futuros, especialmente con la terminación de la historia del mundo te preguntase como lo hicieron las personas que oyeron el discurso del Apóstol Pedro narrado en el libro de los Hechos, te contestaría con la misma respuesta, cito:

Hechos 2:37, 38 “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

Hechos 17:30,31 “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgara al mundo con justicia, por aquel varón a quien designo, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos”.

viernes, 13 de noviembre de 2009

El verdadero conocimiento Bíblico nos conduce al Amor

En la 1ra epístola del apóstol Juan, en la epístola a los Gálatas y en la 2da. epístola del apóstol Pedro se nos muestran evidencias claras, las manifestaciones obvias, las marcas palpables, comprobables, morales y hasta físicas (algunas), pues necesariamente envuelven nuestros sentidos de lo que es un verdadero cristiano.

Allí no hay nada misterioso, secreto, profundo, inescrutable, insondable. Por el contrario, todo esta al alcance de hombres y mujeres comunes y corrientes, sin letras y del vulgo. No hay que ser “maduro” en la fe para mostrar dichas evidencias, no tenemos que ser doctores en teología, PHD en Divinidad o en Educación Cristiana.

Veamos algunos versículos:

1 Juan 1: 6, 7, 8 “ Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad. Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros”.

1 Juan 2:9, 10 “El que dice que está en luz, y aborrece a su hermano, esta todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en el no hay tropiezo.”

1 Juan 3:18 “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de HECHO Y EN VERDAD”.

1 Juan 5:2 “En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios; cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos”.

Gálatas 5:22 al 25 “Más el fruto del Espíritu Santo es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

2da. De Pedro 1:5 al 7 “ …Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud, a la virtud conocimiento, al conocimiento dominio propio paciencia, a la paciencia, piedad, a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.”

Resumiendo, el cristiano, el que dice que ama a Dios, debe de:

--- Amar a su prójimo

--- Confesar que es pecador y buscar el perdón Divino.

--- Amar con HECHOS Y NO CON PALABRAS.

--- Manifestar los frutos del Espíritu Santo.

--- Manifestar en su diario vivir la fe, la virtud, el conocimiento (vigor), dominio

propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor.

Podemos apelar a la necesidad de ser un cristiano maduro, y lo acepto; pero lo que no podemos aceptar es un divorcio, una desvinculación entre lo que se ha llamado “madurez” (casi siempre ligado al conocimiento amplio y profundo de las escrituras y en otros, al tiempo en la fe del creyente) con lo planteado en los versículos antes citados. No hay manera de romper el vínculo que existe entre el conocimiento y el amor; no hay posibilidad desde el punto de vista bíblico, de separar el genuino, el verdadero, el puro, el honesto, el humilde, aquel conocimiento intelectual tan amplio y profundo que se pueda lograr, cuya motivación es el de agradar y glorificar a Dios, del amor hacia los demás, como lo describen los apóstoles .

La finalidad de todo conocimiento, el camino hacia donde nos conduce el intelectualismo bíblico, las academias, las exégesis, la hermenéutica, la teología, la filosofía, es concluyentemente hacia el Amor a Dios y el Amor al prójimo, y de hechos, no de palabras.

Es muy difícil que haya algún terrícola que conozca más las escrituras que el tentador, pero este no es capaz de amar. No hay hombre que tiemble ante Dios como lo hacen los demonios, aun asi son incapaces de amar. De manera que el conocimiento sin amor es peligroso y de muy mala senal.

El amor hacia los hermanos esta dentro del ABC del cristianismo, como dijimos anteriormente, no necesitamos de academias; es imposible que un verdadero creyente niegue la deidad de Cristo, la justificación por la fe, la salvación por garcia, etc.; pero al parecer los Apóstoles y con ellos El Espíritu Santo, consideraron dejar plasmado en las Sagradas Escrituras las advertencias necesarias para que no desvinculemos la preparación académica y las manifestaciones de amor hacia los hermanos. Es necesario hacer lo uno y también lo otro.

En el capítulo 13 de 1ra. Corintios el apóstol Pablo nos habla de la preeminencia del amor y nos dice que sin amor nada somos, que si no hacemos las cosas por amor, de nada nos sirve. El amor nunca deja de ser, las profecías pasarán, la ciencia se acabara, ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres, pero el mayor de ellos es el amor.

Es pues una condicionante para el creyente, la manifestación del amor mutuo, es más que una condicionante diría yo, debe ser una consecuencia espontánea y natural el amarnos los unos a otros, si somos verdaderos creyentes.

La obediencia a la palabra de Dios es el secreto de la verdadera madurez del cristiano, y en este ejercicio muchas veces reprobamos, cuando ignoramos al hermano, cuando no nos preocupamos los unos por los otros, cuando somos clasistas dentro de la iglesia, cuando no perseguimos las necesidades de los más necesitados para socorrerles, cuando consciente o incoscientemente descontamos a los hermanos, etc. etc.

En Mateo 22:37 al 40 se nos presentan cuales son los dos mandamientos más grandes y en los cuales se resumen toda la ley de Dios:

Amar a Dios y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

QUE SENCILLO, QUE SIMPLEZA!!